lunes, 12 de noviembre de 2007

Soliloquio

Seré breve (esta vez sí, lo prometo)

Ya basta. De una vez por todas, basta.

Lo admito definitivamente, lo acepto:
soy el creador de mi propio Leviatán.

Entonces, guardaré cuidadosamente
la torpe queja inconducente
bajo siete llaves.

Y a otro perro con ese hueso.

3 comentarios:

Pola Barros dijo...

Aqui esperando ansiadamente la sintesis de la retorica atonita de las perfeccion deseada...seras breve? no eres suspiro ni condicion demandante, de que brevedad hablamos, de lo escrito o lo pensado, de lo hecho o lo planeado...un abrazote...visita las ruinas del llanto contenido de la lagrima atragantada...sin comentarios al respecto.

Negris dijo...

breve en las palabras pero tan inmenso como el deseo insatisfecho, el goce mal parido, las melodias no bailadas.

Basta de caer en el abismo inconcluyente de la lengua voraz...
la energía se transmite igual que las alergias y los cenizeros. solo basta VER lo que miramos y VERNOS cuando lo hacemos.

Un abrazo campeón

Que la buena estrella te acompañe

Tito dijo...

Bienqueridas, espiga luminosa y rama de ébano florido: afortunadamente, hay personas como ustedes que se dejan acariciar por la brisa de la tarde fresca, que le da sentido a los actos.

Pero no habrá viajes a las ruinas: no hay espacio para nuevos visitantes que maltraten sus despojos, sólo seguiremos vaciando ceniceros. Ya dejaremos espacio a la diosa palabra, la única que abre puertas y ventanas. Y el tiempo hará su trabajo inexorable, cortará lenguas voraces y hará que las estrellas iluminen las noches.

Tito