martes, 27 de noviembre de 2007

Deserción

Me asumo cobarde desertor
de guerras famélicas
donde se trenzan en lucha
mentiras armadas.

Huyo veloz ante los cantos de sirena
de felicidades virtuales
porque decidí ensordecer (por hoy).

Pero sé que lo que ha sido
no fluye sin historia.
Aún en el movimiento, un poco sigue siendo:
rara mezcla de Medusas y
hechiceras de abismos rocosos;
atractivas, desafiantes y marinas.

Mientras supero el miedo
a lo conocido
me cubro imaginando atardeceres
de cuadros impresionistas,
bocanadas de aire marino
y la bienvenida duermevela
de mostos y cannabis.

En ese espacio dulcificado
falso, frágil y fugaz
acomodo suavemente la cabeza
a la espera de reposos pacificadores.

Deserto porque no
quiero seguir siendo derrotado
si no hay escenario.
Es que contra lo invisible
no se puede vencer.

Y el tiempo pasa, aunque no sobra,
para esto no tengo apuro:
la noche entregará sus instrucciones
que yo espero pacientemente,
pero urgentemente.

2 comentarios:

G. dijo...

Ante todo, gracias por pasar a visitarme a mi humilde morada; de un morado un tanto desteñido.
Envío toneladas de aura, imposiciones de manos, sesiones reikistas e influjos de respiraciones yoguicas; subidito en la roca, mirando hacia abajo a las hechiceras, sacandoles lengua y media. Para que no desertar, jamás desertar¡
También pienso que una de estas noches viajaré etéricamente, para hacerte algún tratamiento: hablaré con tu doble etérico y le enseñaré a volar (sin mostos ni cannabis).
Un abrazo eteriano desde la cyberdistancia.
Gonzy.
(La sopita está en la cocina, si quieres servirte, es cosa de echarle más agua a la olla, siempre alcanza para todos, incluso con un trozo de pan incluido)

G. dijo...

Debo hacerlo:

Para no desertar jamás (sin "que")

Lo acepto: se evidencian rasgos obsesivos.

Nada más ! nada más !