miércoles, 31 de octubre de 2007

Esto no es para mí, pero aquí estoy...

Aquí estoy nuevamente, sentado, después de varias tazas de café e innumerables cigarrillos, intentando encontrarme con la inspiración para "producir" un diseño convincente...

Debo ser honesto: no me ha gustado nada de lo que he producido (a los "opinantes" tampoco), pero, lo peor de todo es que, probablemente, una vez que llegue a algo que me deje satisfecho, tras varias maromas digitales con Photoshop y lo envíe, tampoco les parezca... ¿Hay mayor ambigüedad que decir "no es la idea que tenía" y no balbucear cuál sería esa divina posesión? Justamente ese es el lado angustioso de esta pega: lograr enganchar con la imaginación de esos "otros" que opinan a la distancia sobre "conceptos", "materialidades" y otras denominaciones, siempre oportunas, a lo que no se tiene claro.

Muchas (sí, muchas) veces pienso por qué llevo tanto tiempo en esto mismo, que me consume neuronas, torna frágiles las emociones y ocupa mi tiempo... En secreto envidio a aquellos que hacen lo mismo, pero convencen, muchas veces sin sostén estético. Es un misterio, una cueva oscura, un laberinto con muchas entradas y pocas (y ocultas) salidas aquel espacio de las imágenes buscadas por "el otro" que demanda ser satisfecho gráficamente.

Ya no quiero esto, pero es lo que sé hacer y lo que he hecho durante 15 años.

Otro capítulo es trabajar con textos. Una cosa es revisar y arreglar lo que se presenta ripioso, ininteligible y sin sentido y otra (muy otra) es ponerle emoción a algo que no motiva. Aún así, siento que en ese terreno navego sobre aguas territoriales, donde las fronteras son conocidas y las soluciones, muchas veces, aún invadido por el tedio e incluso "infiltrado" por emociones y pensamientos de lo que pudo ser o está (mal) siendo.