lunes, 21 de enero de 2008

miserias de la puta madre

"Un laberinto es una casa labrada para confundir a los hombres; su arquitectura, pródiga en simetrías, está subordinada a ese fin." (Borges, El Inmortal)

Miserias físicas, morales y económicas
se acumulan como hormigas en la miel
y como capas de cebolla,
unas sobre otras
en una arquitectura
abigarrada, donde no
se aprecian arribos ni partidas.

Ese sorbo, breve pero amargo
convoca el retorno de la mirada,
algo de furia y ganas de
emprender huidas hacia adelante
(única dirección posible).

Pero el señor plañidero
no habita en este lapso vital:
siempre es rápidamente
expulsado como
leproso de muladar.

Es que se le reprocha
no resolver nada,
y como en terremotos
o incendios, lo que se requiere
es reflexión rápida,
soluciones específicas
y no aportar nuevos lamentos.

Por tanto, tranquilo
(y nervioso), o
como dicen algunos
la espera, desespera
pero, aún así,
marchando adelante,
sin desmayo como siempre
y lo que emerja,
será recibido como
hijo pródigo.

No hay comentarios: