Esmeraldas falsas,
pero, finalmente, verdes;
rubíes de artificio,
pero, implacablemente, rojos.
El color es lo que vemos:
no vivo en estado puro
tú tampoco, mujer,
pero ¿a quien le importa
si hoy
sólo estamos despejando
nuestras equis
a ojos cerrados?
jueves, 3 de enero de 2008
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