viernes, 8 de febrero de 2008

Nunca morirás (porque el movimiento nunca muere)

Te encontré, después de tantos años
hermosa, risueña, completa
como siempre te soñé
con el paso de los años
adherido dulcemente.

Qué más puedo articular
amada como otras
deseada sin culpas,
acariciada, brillante
y luminosa.

Qué poco puedo decir...
te amé y a mi modo, te amo,
nada me importa
ser un ermitaño de mis conceptos,
ser torpe arquitecto y objeto de mis fantasías.

(lo riguroso cambia, como las nubes y la marea)

Estás y estarás, como todas, como nadie
pero te siento palpitando,
y no escucho reproches:
lo que sentí y siento "es"
no un invento, no un acomodo:
no me engaño y a nadie miento.

Es que mi amor no te prohíbe,
(y a nadie prohíbe estar aquí
en este refugio móvil).

Porque lo que me estremece
lo vivo sin preguntas,
simplemente, sin vergüenza
por ti y por otras, porque
(me) lates con la misma fuerza.

No leerás esto, y esa es la gracia
y la desgracia.

Aunque tú ni nadie lo entienda,
estás muy viva
después de cinco mil cuatrocientos días...
como vivo me siento,
porque tu sola presencia
ya-es-un-sueño-y-un-suelo:
y eso me basta.

3 comentarios:

acróbata dijo...

podemos discutir lo de la literatura, pero ahora no porque ando en argentina. te agrego al messenger pero no estás, quizás no tienes.
estoy vuelta loca con los libros, parece que no haré mucho más con el dinero que tengo.
que bueno conocer a un diseñador. podrías ver mis fotos. mira
www.flickr.com/photos/_acrobata_

hablamos cuando vuelva
ahi te escribo

monse

Pola Barros dijo...

shuuuuuu tamos melancolicos..... un abrazote romantico subjetivo

Tito dijo...

Melancólico, sin duda, y como casi siempre, aunque encubierto, ya sabemos... Pero ojo, cinco mil cuatrocientos días... eso deja huellas, pero sus impresiones se van haciendo simbólicas con el paso del tiempo.

Un beso